Desde que el hombre descubrió el fuego, este fue siempre un elemento de admiración. Hoy les queremos desvelar una técnica de adivinación que tiene como elemento inicial el fuego, y como elementos para la adivinación el humo y la ceniza.
Hablamos de la conocida libanomancia, o también conocida con el nombre de capnomancia e ignispecia. El proceso de observación del humo que surge de una llama avivada por elementos de todo tipo, desde inciensos a elementos que forman conjuros mágicos.
Aun esta técnica se sigue utilizando en la consulta de muchos adivinadores, se la conoce también como “La lectura del humo”. La respuesta que hay que hacerle a la llama o mejor dicho al humo es muy sencilla, tiene que tener una respuesta positiva o negativa, sí o no.
El proceso es el siguiente:
Se enciende en primer lugar una vela (a ser posible de color blanco). En segundo lugar se corta un trozo de cartulina blanca (si o si de este color) y se formula una pregunta con respuesta de sí o no a la vez que se pasa el trozo sobre la vela. Hemos de pasarlo rápido para no generar una llama y quemar el papel. Si el humo sale de forma recta hacia arriba la respuesta a la pregunta es “si”, si sale con otras formas o inclinado es “no”.
Otra de las técnicas, esta tal vez un poco más sencilla de realizar es la de leer el humo de un incienso que se está quemando. Se aconseja hacer el proceso con madera de sándalo para obtener los mejores resultados. Antes de empezar a quemar el incienso hay que realizar la pregunta. Posteriormente quemamos el incienso y vemos el humo. Si se desplaza hacia la derecha es afirmativa la respuesta, si lo hace hacia la izquierda es negativa.